1
El lobo se colgó la piel de lobo
negó doblemente su identidad,
asumió que era cordero, solo fingió,
su disfraz. ¡Se asustó!
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2
No tengo hambre, dijo para si, el lobo
Tratando de silenciar los sonidos gástricos,
que de su interior emanaban
Caminó ausente, una leve mancha
en la nieve, lo inquieto.
Minutos más tarde, aborazaba un trozo
inmenso de carne, al fin y al cabo
Lobo.
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3
No era precisamente la corte de Camelot
la única semejanza, era aquella fría mesa
redonda,
el discreto, pero el tan urgido de roce
de pata con pata,
dibujo una sonrisa al cansado lobo.
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4
Se preparaba para emitir su aullido
cuando alzo la vista y el hocico,
sus ojos se nublaron,
reflejaron el negro cielo,
sin tal luna , para que gastar
saliva,
observa un par de perdidas garzas
se saborea,
¡ríe para sí!
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5
El frio invierno,
vestía su traje más crudo,
las gotas,
eran como enjambre alborotado,
la humedad se apoderaba de todo ser.
Llegó a un refugio, una madriguera
se adueñó sin mayor esfuerzo,
En la completa oscuridad, su cuerpo
casi desvanecía,
empezó a olfatear,
su húmedo y frio hocico percibía,
algo que agudizo mas sus sentidos,
su cuerpo topó, con un calor,
siguió su ruta, una maza de pelos, erizados
y con más calor, salieron a su encuentro
de pronto, todo es tan familiar,
olor, forma, textura,
que coincidencia, otro espécimen
mi espécimen,
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