Aquí, casual, pensando en tus habilidades y destrezas
Porque así te apareces ocasionalmente,
toqueteándome los nervios de vulnerar mis ideas,
de ponerlas a merced de tus cuchillos.
Aunque no lo notes.
Te pavoneas y lo disfrutas.
Sabes como a óxido cuando te recuerdo, como a sangre en el labio inferior.
Pero me distrae tu voz cuando hablas y la autoridad de lo que decís;
cómo bajás de la plataforma a los que se llenan la boca de pajas.
Con poco, con poco das cátedra; de cualquier cosa, de sencilleces.
O de profundidades.
Sos bonito.
Sos de las personas que pintan un cuadro con palabras.
Seducís mentes con tu indiferencia.
No todas las mentes, ¡claro!
Pero las suficientes.
¿Simple? No, quizás no complicado, pero no simple.
Ya te lo he dicho: los simples no saben a nada.
Tú sos de paladear.
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