Era un día cualquiera, bueno, no tan cualquiera,
el grifo yacía inerte, mas ave que monstruo,
ella tan aerodinámica, tan esbelta,
el de torpe caminar tan como las aves en tierra firme,
Las alas de ella, el plumaje de el,
presas fieras de los vientos de libertad,
el reloj se detuvo, el graznido se esfumo,
la masa, en energía se transformo,
viento, fulgor, bruma, pluma y sudor,
fundidos en un misterio quedaron, quizás alucinaron.
Ambos sonrieron cómplices, ambos se despidieron y partieron.
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