Y entonces la santa procesión
No podía cargase sola,
si así fuese se sintiese sin devoto, sin cofradía,
fue en ese entonces, que el cofrade Juan salió a su encuentro,
día lluvioso tormentoso, de rayos y centellas,
la encontró en su sepulcro de vidrio
y se deslizo a su lado.
Soleado y lluvioso,
lluvioso y azulado, viaje dichoso,
oh bendito gozo
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