Las palabras yacen allí,
dichas o escritas,
¡que mas da!,
ahora es turno de cada quien,
darles la fuerza, la emoción o el sentimiento,
a la hora de pronunciarlas o leerlas.
El tono, la expresión, la articulación, los ademanes.
Esto querido lector,
es cuestión de cada quien y cada cual.
Ahora bien, de que humor estás y como las interpretas
y las hace tuyas, son otros veinte pesos,
cuestiones de tiempo-espacio-contexto.
Nillius in verba.
He allí la cuestión dijeron por ahí.
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