sábado, 26 de septiembre de 2009

Sin nombre... Sin Titulo...Sin Final



El cielo ya no era el mismo, las nubes nunca mas serian iguales, el horizonte ahora esta abrumado, el caminar seria largo y duro.
La tierra del jamás lo esperaba, el camino esperaba sus pasos.
El bien estab
a hecho, el daño ya estaba causado, la herida sangraba con cada gota de sudor,
los pocos sentimiento que aun le quedaban iban quedando en su largo caminar como piedras que
se fundían en el camino sucio y desgastado, los nombres, las ciudad, las calles y los recuerdos
morían lenta y dolorosamente, cada segundo el aire era mas espeso y le costaba respirarlo.

La muerte parecía acompañar a su sombra, el atardecer le producía una fuerte nostalgia, pero eso
no importaba mas, la idea del suicidio era
cada ves mayor, su mejor arma era el silencio,
tanta desolaci
ón, tanto silencio parecían motivarlo cada ves mas, pensando una y mil veces
si el dolor era d
olor o tan solo parecía dolor, los árboles se mecían por el viento, orquestando un
vals con sabor a dolor, la noche empezaba a pincelar cada vez mas, las es
trellas aparecían como
los recuerdos que consumían las neuronas de
su mente, el ambiente se enfriaba como el corazón
que intentaba latir cada ves mas
rápido.

Todo aquel paisaje era tan tétrico como la peor historia de soledad, el horizonte cada vez más lejano y más distante era tan solo una de las primeras pruebas por momentos corría lo más veloz posible, como intentando escapar, escapar de que, del camino, de la noche, quizás de la muerte que acompañaba su largo caminar, pero era en vano, cada vez era más obscuro más frío, más lejano y más cansado. Se detuvo a descansar por un momento, los grillos, las ranas, ensordecían a su necia cabeza, como si fuese una secuencia de fotografías, venían a su cabeza las escenas de felicidad, de pasión, de traición. Cada buen recuerdo estaba seguido de cinco peores momentos, su mente lo castigaba su corazón sangraba y su alma estaba envenenada, el odio empezó a correr por sus venas, el rencor crecía en su ser, era tan solo un trozo madera, o quizás un animal que alimentaba los deseos de venganza con cada mal recuerdo olvidando la felicidad que produjo momentáneamente el dolor.

Cayó así dormido bajo la sombra sin sombra de algún árbol deshojado por el destino, por el viento del olvido, todo estaba en silencio, todo estaba desierto.

La respiración se le entrecortaba, no podía soñar, hasta el sueño le fue quitado, tan solo descansaba, el sereno parecía no tocarlo, todo lo evitaba nada quería tocarlo, nada. Así despertó del sueño sin sueño, ninguna luz al horizonte, ninguna seña de pueblo, de gente, de comida. El cielo empezó a nublarse, la luna fue opacada por las nubes negras de la traición, parecía como si hubiese perdido la visión, en pleno desierto, la tierra cada vez era más dura, cada vez parecía menos tierra y mas piedra.

En el lugar más duro, se detuvo, parecía como si el destino le daba la señal que era el mejor lugar para esta nueva empresa, tomo su navaja y empezó a escarbar una zanja, eso creía él, hasta la hoja de la afilada navaja se doblaba al penetrar tan duro suelo, no se sabe si era suelo o era un gran campo de piedra, perforaba y perforaba la piedra disfrazada de suelo, pero cada esfuerzo era en vano apenas conseguía rayar un poco la roca.

3 comentarios:

ANA MA dijo...

Sin palabras... no podria ser mas divino...

Jonathan dijo...

Mijo que chulada de foto la tonalidad de colores es unica, y el texto no digamos muy muy buena...

Anónimo dijo...

Excelentes cielos! cesarfotos